jueves, 21 de mayo de 2020

Ejercicio 9

          BULO

La pandemia del Covid-19 ha generado un sin fin de bulos o desinformaciones que buscan crear aún más miedo o buscan aprovecharse de la situación de alarma.
Métodos falsos para prevenir el contagio, cifras inexactas o vídeos e imágenes que no tienen nada que ver con el coronavirus...
Hoy me voy a centrar en uno que me llamó mucho la atención:

no hay pruebas de que beber mucha agua o hacer gárgaras con agua tibia y sal o vinagre prevenga la infección por coronavirus

Al principio de la pandemia se dijo que beber agua a mas de 36 grados provocaba que el coronavirus muriera ya que decían que el virus no tenía supervivencia en temperaturas elevadas. La gente se lo creyó hasta que dijeron que el virus estaba latente incluso en ambientes cálidos.
Antes de llegar a los pulmones, el coronavirus “permanece en la garganta durante cuatro días y en este momento la persona comienza a toser y a tener dolores de garganta. Si bebe mucha agua y hace gárgaras con agua tibia y sal o vinagre, elimina el virus”.
Sí que dicen que el virus tiene una menor expansión en agua salada pero no lo mata la sal.
Esta información no creo que tenga un beneficiario claro, lo único que creo que ha sido obra de alguien que quiere ver hasta donde es capaz de llegar la estupidez humana.
No hay que hacer caso a todo lo que se vea.


viernes, 1 de mayo de 2020

Ejercicio 7

LA VIDA DE ANTES

Hoy voy a centrar mis comentarios en comparar la vida de antes con la vida que teníamos antes del confinamiento.





Como dice la canción de Funambulista " la vida de antes", ésta era inmensamente más feliz que la actual, no teniamos nada pero lo que se dice absolutamente nada pero a la vez no careciamos de nada tampoco. En la mesa nunca faltaba un plato de comida (aunque no había tanta variedad como hay ahora), ni faltaba el cariño de nuestros padres ni de nuestros profesores (a los que recordamos con mucho cariño), ni nos faltaba diversión, amistad y compañerismo. Con poca cosa nos contentábamos, ni teníamos tantos Reyes Magos ni tanto Papa Noel.

Ahora el echo de pararnos tan de repente nos ha servido para darnos cuenta que la vida que llevábamos antes de esta epidemia no era una vida feliz , sino que lo único que hacíamos era acumular cosas y cosas, experiencias, viajes y desilusiones. Ahora vemos que somos felices con poco cosa, estando con la familia y pudiendo abrazar a las personas queridas, haciendo una simple videollamada y viendo que la persona que está  al otro lado está bien. 

Espero que este desconfinamiento tan deseado no nos haga olvidar que lo importante no es vivir deprisa ni derrochar sino que es pararse y decir igual soy feliz sin tanta acumulación de cosas y sobre todo sin que falte el cariño de los nuestros.